Esta semana hemos realizado tres actividades en clase, en una de ellas la profesora elegía a algunas personas al azar para que escogieran un objeto que les representara y de esta forma el resto de la clase utilizábamos adjetivos tanto positivos como negativos que pudieran describirlos.
A continuación hicimos otro juego, en éste tres compañeros de clase salieron voluntarios. Dos de ellos salían a la puerta, mientras que el otro se quedaba en clase viendo una imagen que la profesora puso en la pizarra. En la imagen había una figura, y el compañero que se quedaba dentro debía dar instrucciones de como hacer esa figura a las dos compañeras de fuera. Sin embargo a cada compañera se le hacia de forma diferente, la primera sólo debía tener una comunicación unidireccional, es decir, que el compañero que se había quedado dentro le tenia que dar las instrucciones sin que la otra persona preguntara. En cambio, la siguiente compañera tenia una comunicación bidireccional, es decir podía preguntar lo que quisiera sobre la figura.
Con respecto a la primera actividad, la profesora nos propuso que todas aquellas personas que no habíamos sido seleccionadas en clase debíamos de poner nuestro propio objeto.
En este caso, el mio es un anillo, siempre lo llevo porque si no, parece que me falta algo.
Los adjetivos positivos son: cariñosa, fiel, respetuosa.. mientras que los adjetivos negativos son: insegura/indecisa, tímida, etc.
Con el último juego hemos aprendido a que algo tan insignificante como es el color o el tamaño de las letras o incluso una fotografía puede cambiar la imagen de una persona. Con esto me refiero a que en clase nos enseñaron dos fotos de Arnold Schwarzenegger, en una aparecía con su etiqueta de culturista, mientras que en otra con la etiqueta de gobernador y aunque eran la misma persona, la perspectiva que nos daban esas dos fotos eran totalmente diferentes.
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